EL CURSO SUPERIOR TRIENAL: UN REFERENTE EN LA FORMACIÓN DE CIRUJANOS PLÁSTICOS
Dr. Gustavo Polisky
Promoción 1982 - Curso Superior de Especialización en Cirugía Plástica.
Miembro Titular de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires.
Médico Cirujano Plástico – Hospital Municipal de Quemados (GCBA).
Cuando me solicitaron relatar mi experiencia vivida durante el Curso Trienal, me llegaron tantos recuerdos y todos tan llenos de gratitud, que siento la obligación de nombrar a todos los que tuvieron que ver con esa etapa y destacar algunas características de sus personalidades.
Mi vocación por la especialidad.
Me recibí de médico en julio de 1975, en la Universidad Nacional de Buenos Aires; un semestre antes de fin de año; de modo que me sobraban algunos meses antes de rendir el examen para la residencia, con la intención de realizarla en obstetricia y ginecología.
En ese lapso, me aconsejaron hacer cirugía general y así fue que concurrí al Servicio de Cirugía General del Hospital Fiorito, dirigido por el Dr. Carpanelli¸ en un lugar conocido y donde ya tenía algunas amistades, pues allí había realizado los tres años de practicantado.
Fue tal mi entusiasmo con la cirugía que llegado el momento del examen de residencia, opté por el de cirugía general, ganando una plaza en el Hospital Posadas y olvidando así la obstetricia para siempre.
Durante mi segundo año, fui “castigado” con ayudantías de cirugía plástica. Así conocí al cirujano plástico, el Dr. Luis Claris Skocksdopole, quien me hizo descubrir la especialidad, la que adopté para siempre; y antes de terminar mi residencia, había decidido formarme como tal.
En aquel entonces no había muchas opciones; y las mejores eran el Curso de la Universidad del Salvador y el recientemente creado Curso Trienal de la AMA, que por otra parte, tenía las mismas rotaciones y los mismos docentes que aquel.
En la Asociación Médica Argentina (AMA) me indicaron que debía contactarme con el Director del Curso, el Dr. Paulino Morales.
Yo venía del ambiente de la cirugía general y lo primero que me sorprendió fue la amabilidad del Dr. Morales, quien luego de evaluar mi curriculum, me entrevistó. Allí le relaté mis antecedentes en cirugía general y mi casual experiencia en cirugía plástica, entre otros temas que abordamos. Luego tuve la grata sorpresa de aprobar el ingreso. Así, inicié el Curso en el segundo semestre de 1979.
El Curso Trienal.
La primera rotación fue en Hospital de Quemados. Dirigía la asignatura el Dr. Carlos Otero. De él guardo un muy grato recuerdo, ya que por su insistencia entré en el Servicio al cual aún pertenezco. El Dr. Otero realmente amaba la especialidad, constantemente aportaba ideas innovadoras y ejercía la jefatura con mano rigurosa pero afectuosa al mismo tiempo.
La segunda rotación fue en el Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez”. Su jefe el Dr. Oscar Mallo, le había impuesto al Servicio, el sentido del trabajo en equipo; y con un grupo de jóvenes especialistas, realizaban toda clase de intervenciones, aún las más complicadas.
La tercera rotación, cirugía de miembros, fue en el entonces Hospital Castex, dirigida por el Dr. Néstor Maquieira, siempre de carácter afable con los rotantes, no ocultaba su vocación docente y dedicaba mucho de su tiempo como Jefe del Servicio a los cursistas. Recuerdo el modo paternalista con el que aprobaba nuestros aciertos, con un “perfecto” al cual le alargaba la segunda “e”.
La cuarta rotación en el Hospital “Aráoz Alfaro” de Lanús, en la asignatura maxilo-facial, conducida por el Dr. Flavio Sturla, quien ponía en su tarea asistencial una fuerza poco común; y a esto se le agregaba la vehemencia que ponía en su tarea docente, que trasuntaba su verdadera vocación; la de transmitir todos sus conocimientos.
La quinta rotación, cirugía oncológica, en el Hospital de Oncología “María Curie”, dirigida por el Dr. Enrique Gandolfo, quien tenía un trato diferente con los rotantes. Nos hacía sentir pares más que alumnos, y hasta nos pedía opinión sobre técnicas o tácticas a seguir con los pacientes oncológicos, que él conocía como pocos. Por aquel entonces había presentado su técnica para reconstrucción mamaria y fue muy importante poder aprenderla del autor en forma directa.
La sexta y última rotación, cirugía estética, fue en el Hospital Pirovano en el Servicio que conducía el Dr. Raúl Fernández Humble. En el hospital podíamos participar de las cirugías como ayudantes y también como cirujanos; y por las tardes, el Dr. Jorge Herrera nos invitaba a su consultorio y podíamos asistir a su práctica privada. Del Dr. Fernández Humble aprendimos mucho de estética; pero también aprendimos de su caballerosidad, el trato con la paciente de cirugía estética, tan especial y tan difícil al mismo tiempo.
Así en 1982, terminaba el Curso Trienal y con ello una etapa imborrable en mi vida profesional.
Anécdota I: Sturla.
Era el año 1981 y yo cursaba mi cuarta rotación. El Dr. Sturla manejaba su Servicio con una dinámica muy difícil de seguir. Comenzaba a las siete de la mañana en la morgue, donde aprendíamos anatomía y practicábamos cirugías. Si por algún motivo llegábamos tarde, ya era muy difícil encontrar al grupo, porque sus desplazamientos por el hospital eran imprevisibles y no respondían a una rutina conocida.
Una mañana llegué a la hora convenida a la morgue y allí estaba el Dr. Sturla. Nadie más apareció. Fue muy extraño; porque allí nos encontrábamos, no sólo los cursistas de la AMA, sino también los del Salvador, rotantes de otros hospitales y hasta rotantes extranjeros; y por lo tanto éramos siempre una multitud.
Pero esa mañana estábamos el Dr. Sturla y yo, así que asumí que nos despediríamos hasta el día siguiente. Pero no fue así. Primero hubo una sesión de rinoplastias en cadáveres. Momento este muy difícil de olvidar, por que ese día terminé de entender la técnica de la osteotomía interna. Luego fuimos al quirófano, donde el equipo de ORL operaba un tabique nasal y pude oficiar de ayudante. Suficientemente cansado seguí a Flavio (como le gustaba que lo llamáramos) al consultorio, donde se atendía maxilo-facial, quemados, oncología, etc, etc, etc.
Al terminar con tamaña cabalgata supuse que la actividad había terminado. Pero tampoco fue así. Fuimos al aula, donde Flavio me propuso eligiera un tema para hablar…él hablaría, claro está. El tema elegido por mí, fue fracturas de malar y de eso habló hasta pasadas las 13 hs.
Al momento de despedirnos, y con la poca energía que me quedaba, le dije que estaba emocionado y que le agradecía tanta dedicación exclusiva a mi persona. Su respuesta fue: “Al contrario, Gustavo, el agradecido soy yo, por la oportunidad que me diste de enseñarte”.
Anécdota II: Maquieira.
Obtenido mi título de especialista en el Ministerio de Salud Pública de la Nación, me presenté a examen para obtener el título en la Provincia de Buenos Aires.
En la mesa examinadora se encontraba el Dr. Néstor Maquieira, quien al reconocerme como alumno del Curso Trienal; dijo él no tenía nada nuevo para preguntarme; otorgándome entonces el título tan ansiado. Esto para mí; un joven que recién terminaba su primera etapa en la carrera profesional, fue un especial halago viniendo de un Maestro como era el Dr. Maquieira.
Anécdota III: Malbec.
Recuerdo que a fines de 1981, durante el primer Congreso de la especialidad al que asistí en Huerta Grande, Córdoba, pude conversar nada menos que con el Cirujano Maestro, el Profesor Dr. Ernesto Malbec, Presidente de Honor del Curso Trienal, a quien le pregunté qué libros había leído él en su etapa de formación…y me contestó: “Yo no leía libros; yo los escribía”.
Esta frase resumía una personalidad y una época de la cirugía plástica. Hoy los tiempos son otros. En cuanto a los textos de la especialidad hay muchos de todas las subespecialidades que tiene la cirugía plástica y como si fuera poco en nuestro idioma. Además hoy disponemos de internet que nos permite acceder al conocimiento de inmediato y sin la necesidad de trasladarnos a una biblioteca. Pero no hay duda que el contacto con el Maestro sigue siendo insustituible. Hoy es un privilegio contar con ellos, para consultarlos y seguir aprendiendo de sus experiencias.
Un mensaje a las nuevas generaciones.
Cirujanos como los nombrados en este breve recuerdo, que dedicaron a la docencia una parte tan importantes de sus vidas; ha hecho que se conviertan en una parte tan importante de las nuestras, y merecen nuestro reconocimiento.
El Curso Trienal de Cirugía Plástica fue, es y será la gran ocasión que tienen los jóvenes para acercarse a los maestros en cada uno de los capítulos de nuestra especialidad.
Felicito a la Dirección actual del Curso, al Dr. Ricardo Losardo; y al selecto plantel docente que lo acompaña, por la continuidad de esta noble tarea que lleva más de tres décadas formando jóvenes especialistas.
Homenaje al creador del Curso Trienal.
Escribiendo estas líneas tuve la triste noticia del fallecimiento del Maestro Néstor Maquieira, creador del Curso Trienal, entidad que permitió formar a numerosos de nuestros colegas que a la fecha ya superan el medio centenar.
Quisiera expresar mi pena, con la convicción que personalidades como la del Dr. Maquieira, se prolongan en la de sus discípulos y jamás desaparecen.
Gracias Maestro….
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