MI EXPERIENCIA COMO PRIMERA PROMOCIÓN DEL
CURSO SUPERIOR TRIENAL-SACPER
Dr. Norberto Morales
Promoción 1981 – Curso Superior de Especialización en Cirugía Plástica.
Miembro Titular de la Asociación Médica Argentina.
Miembro Titular de la Sociedad de Cirugía Plástica Argentina y de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires.
Miembro de la Internacional Confederation for Plastic and Reconstructive Surgery y de la Federación Iberolatinoamericana de Cirugía Plástica.
Ex-Médico de staff del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Italiano de Buenos Aires.
Estas líneas responden a una solicitud que me hicieran para publicar en la Revista Argentina de Cirugía Plástica, sobre mi experiencia como ex –alumno y primera promoción del Curso Superior Trienal de la SACPER.
Para entender como llegué a esta maravillosa especialidad quisiera hacer una rápida pasada por mi actuación profesional pre–Curso, que constituye de alguna manera el motivo de la elección posterior.
La cirugía plástica es una hermosa especialidad médica, muy amplia, más de lo que uno cree en el inicio y con un campo de acción enorme, que va desde lo reconstructivo hasta lo estético, pasando por toda la gama de pacientes y casos clínicos que uno puede imaginar y que se va agrandando a medida que uno se va sumergiendo en ella.
La Escuela Quirúrgica Municipal para Graduados.
En el año 1971, inicié mi carrera quirúrgica como residente en el Servicio de Cirugía General del Dr. Enrique Finochietto, en lo que era la Escuela Quirúrgica Municipal para Graduados, del Hospital General de Agudos Dr. Guillermo Rawson.
En el año 1974, pasé como médico concurrente a la SALA VII° de Cirugía Plástica de aquel hospital, a cargo del Dr. Francisco Arespacochaga.
Fue mi padrino el Dr. Aníbal Tambella al que siempre recordaré porque me inició y guió operando a horas muy tempranas de la mañana. Ese querido Hospital Rawson albergó lo que yo considero el mayor grupo humano de especialistas renombrados de nuestro país, verdadera escuela quirúrgica, y sino fíjense en los siguientes nombres: Francisco Arespacochaga, “el vasco”, siempre serio e imponente, típica estirpe de cirujano maestro pero siempre atento a la evolución de sus discípulos. Ernesto Malbec y Héctor Marino ambos pioneros de la cirugía plástica en nuestro país y reconocidos en el mundo.
Mi gran maestro, Ulises De Santis, siempre dispuesto a ayudarnos y darnos consejos no sólo quirúrgicos sino de la vida. Se dice que es un gran maestro cuando aquel enseña con cariño, dedicación y experiencia y su alumno lo aprende y aplica en todos los conceptos de la vida, Gracias Maestro!.
Compañeros, amigos, instructores que nos alentaban como Helena Bertolotto, Miguel Bisso, José Caeiro, Osvaldo Cudemo, Carlos Cerdá, Federico Dallorso, Roberto Fernández, Francisco Famá, Enrique Gagliardi, Lorenzo Galindez, Luis Ginesin, Luis Heredia, Jorge Herrera, Darío Lopeteguy, Jorge Mitelman, Martita Mogliani, Raúl Rabia, Aníbal Oris de Roa, Juan Panizza, Héctor Piqué, Enrique Ravone, Juan Carlos Seiler, Víctor Vassaro, entre los más conocidos. A todos ellos, mi eterna gratitud. Pertenecí a ese Servicio hasta el lamentable cierre del Hospital Rawson en 1978.
El Curso Superior Trienal SACPER.
A inicios del año 1977 y a instancia del querido Maestro Néstor Maquieira, la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, ya que no existían en ese entonces las filiales, como la de Buenos Aires, decide realizar este Curso dirigido por el Dr. Paulino Morales (mi sobrino según él).
Los jóvenes de aquella época, notábamos la necesidad de realizar un Curso de formación de cirujanos plásticos; y el único que funcionaba y con mucho éxito era el organizado por la Universidad del Salvador. Las vacantes eran muy escasas. Por ello, la creación del Curso Trienal de la SACPER fue un nuevo camino y oportunidad para todos nosotros.
Nos presentamos tres aspirantes: dos médicos y una doctora, pero al año los perdí de vista.
Al principio el Curso seguía el “latido” del Salvador. Nos ayudó mucho que los programas eran los mismos que los del Salvador y las rotaciones similares, con los mismos Servicios y docentes; y por otra parte, el sistema de enseñanza era idéntico. Siempre estábamos alentados por el Dr. Néstor Maquieira quien con términos suaves y contemporizadores estaba siempre a disposición nuestra, al igual que el Dr. Paulino Morales. Gracias maestros.
La primera rotación la realicé en el Instituto Municipal de Quemados a cargo del Prof. Adjunto Dr. Fortunato Benain en el Servicio de Cirugía Plástica dirigido por el Dr. Alberto Carlos Otero, para cursar la materia Quemaduras y sus secuelas, mientras mis compañeros rotaban uno por Pediatría en el Hospital Gutiérrez y el otro por el Hospital Oncológico, para cursar la materia de Oncología.
En este querido Hospital de Quemados mis maestros, compañeros y amigos fueron los Dres. Alberto Otero, Víctor Nacif Cabrera, Helena Bertolotto, Jorge Batto Ochoteco, Huguito Bertone, la doctorcita Maria Corujo, Andrés Gregoire, Juan Ortega, Manuel Parcansky, etc. A todos ellos mi reconocimiento y cariño.
Mi segunda rotación fue en el Servicio de Cirugía Plástica, Reparadora y Quemados del Hospital Municipal de Niños “Ricardo Gutiérrez” a cargo del Dr. Oscar Mallo, para cursar la materia Cirugía Plástica Infantil. Allí tuve la fortuna de conocer otros colegas que luego serían mis amigos. Un señor jefe como Oscar Mallo, unos profesionales como Quicu Nagahama y su kimono, Susana Ruiz, Pedro Dogliotti, Héctor Marino (hijo), María Cristina Rijavec y otros que me orientaron y compartieron todas sus experiencias. Los recuerdo con mucho afecto.
La tercera rotación fue al Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Nacional Dr. Mariano Castex, a cargo del Dr. Néstor Maquieira. Allí cursé la materia Cirugía Plástica de los Miembros. Otro gran Servicio de Cirugía Plástica. Me hacía acordar a mi querido Hospital Rawson por la cantidad de operaciones y por lo diverso de sus patologías. Maquieira nos enseñaba que la limpieza y la fineza de los movimientos de las manos se traducían en muy buenos resultados quirúrgicos sobre todo en las operaciones delicadas de manos y miembros. Allí aprendí el gran respeto hacia los tejidos. Allí conocí otro grupo de profesionales de primer nivel como los Dres. Marcelo Di Paola, Juan José Lagomarsino, Juan Carlos Vila, Héctor Lanza, etc. A todos muchas gracias.
La cuarta y quinta rotación la realicé en el Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital Italiano de Buenos Aires, a cargo del Dr. José Norberto Spera, que ya en esa época había sido presidente de la SACPER. Para cursar las materias de Estética y la de Máxilofacial. Este sería luego “mi hospital”, donde fui acompañado por mi amigo Luis Diodato, Manuel Sarrabayrouse, Pablo Bellino y Norita Prodán.
Durante mi año de concurrencia al Hospital Italiano, hubo cambios en la Sociedad de Cirugía Plástica Argentina, donde se integra a todo el país y se fundan las filiales, entre ellas la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires.
Por último, la sexta rotación fue la materia Cirugía Plástica Oncológica y la cursé en el Hospital Municipal de Oncología, dirigido por el Dr. Enrique Gandolfo y acompañado por el Dr. Rodolfo Toledo Ríos.
Habiendo finalizado el Curso a mediados del año 1980 y después de haber logrado una visión integral de la especialidad, tuve la suerte de aprovechar el último semestre del año, concurriendo al Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Británico, dirigido por su jefe el Dr. Jack Davis. Mi especial recuerdo para él, pues pocas veces me encontré con una persona tan sensible a la cirugía como a la vida. Me enseñó muchas cosas que aún hoy aplico. Allí conocí a varios colegas de valía como los Dres. Oscar Guarino, Julio Cianflone y la doctorcita Cristina Picón, mi gran amiga.
El 7 de Abril de 1981 me fue otorgado por la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica y la Asociación Médica Argentina, el Titulo de especialista en Cirugía Plástica Estética y Reparadora, siendo éste Título el primero expedido por dicha Sociedad a un médico argentino luego de haber cursado y aprobado el Curso Superior Trianual, dictado por la SACPER.
Unas últimas líneas.
Es para mí como ex –alumno una gran satisfacción y orgullo que este Curso Superior Trienal haya permanecido a lo largo de todos estos años, gracias a la esmerada conducción iniciada por el Dr. Paulino Morales y la actual Dirección del Dr. Ricardo Losardo y su grupo docente; y a todos aquellos colaboradores que participaron de este Curso, como ex–alumno y miembro de la SACPER, muchas gracias.
Dirección del autor
Yerbal 2738
(1406) Capital Federal
[email protected]
4611-0335
Publicado en Revista Argentina de Cirugía Plástica - Vol XV - Nº 4 - año 2009 - pág. 187-188.
Promoción 1981 – Curso Superior de Especialización en Cirugía Plástica.
Miembro Titular de la Asociación Médica Argentina.
Miembro Titular de la Sociedad de Cirugía Plástica Argentina y de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires.
Miembro de la Internacional Confederation for Plastic and Reconstructive Surgery y de la Federación Iberolatinoamericana de Cirugía Plástica.
Ex-Médico de staff del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Italiano de Buenos Aires.
Estas líneas responden a una solicitud que me hicieran para publicar en la Revista Argentina de Cirugía Plástica, sobre mi experiencia como ex –alumno y primera promoción del Curso Superior Trienal de la SACPER.
Para entender como llegué a esta maravillosa especialidad quisiera hacer una rápida pasada por mi actuación profesional pre–Curso, que constituye de alguna manera el motivo de la elección posterior.
La cirugía plástica es una hermosa especialidad médica, muy amplia, más de lo que uno cree en el inicio y con un campo de acción enorme, que va desde lo reconstructivo hasta lo estético, pasando por toda la gama de pacientes y casos clínicos que uno puede imaginar y que se va agrandando a medida que uno se va sumergiendo en ella.
La Escuela Quirúrgica Municipal para Graduados.
En el año 1971, inicié mi carrera quirúrgica como residente en el Servicio de Cirugía General del Dr. Enrique Finochietto, en lo que era la Escuela Quirúrgica Municipal para Graduados, del Hospital General de Agudos Dr. Guillermo Rawson.
En el año 1974, pasé como médico concurrente a la SALA VII° de Cirugía Plástica de aquel hospital, a cargo del Dr. Francisco Arespacochaga.
Fue mi padrino el Dr. Aníbal Tambella al que siempre recordaré porque me inició y guió operando a horas muy tempranas de la mañana. Ese querido Hospital Rawson albergó lo que yo considero el mayor grupo humano de especialistas renombrados de nuestro país, verdadera escuela quirúrgica, y sino fíjense en los siguientes nombres: Francisco Arespacochaga, “el vasco”, siempre serio e imponente, típica estirpe de cirujano maestro pero siempre atento a la evolución de sus discípulos. Ernesto Malbec y Héctor Marino ambos pioneros de la cirugía plástica en nuestro país y reconocidos en el mundo.
Mi gran maestro, Ulises De Santis, siempre dispuesto a ayudarnos y darnos consejos no sólo quirúrgicos sino de la vida. Se dice que es un gran maestro cuando aquel enseña con cariño, dedicación y experiencia y su alumno lo aprende y aplica en todos los conceptos de la vida, Gracias Maestro!.
Compañeros, amigos, instructores que nos alentaban como Helena Bertolotto, Miguel Bisso, José Caeiro, Osvaldo Cudemo, Carlos Cerdá, Federico Dallorso, Roberto Fernández, Francisco Famá, Enrique Gagliardi, Lorenzo Galindez, Luis Ginesin, Luis Heredia, Jorge Herrera, Darío Lopeteguy, Jorge Mitelman, Martita Mogliani, Raúl Rabia, Aníbal Oris de Roa, Juan Panizza, Héctor Piqué, Enrique Ravone, Juan Carlos Seiler, Víctor Vassaro, entre los más conocidos. A todos ellos, mi eterna gratitud. Pertenecí a ese Servicio hasta el lamentable cierre del Hospital Rawson en 1978.
El Curso Superior Trienal SACPER.
A inicios del año 1977 y a instancia del querido Maestro Néstor Maquieira, la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, ya que no existían en ese entonces las filiales, como la de Buenos Aires, decide realizar este Curso dirigido por el Dr. Paulino Morales (mi sobrino según él).
Los jóvenes de aquella época, notábamos la necesidad de realizar un Curso de formación de cirujanos plásticos; y el único que funcionaba y con mucho éxito era el organizado por la Universidad del Salvador. Las vacantes eran muy escasas. Por ello, la creación del Curso Trienal de la SACPER fue un nuevo camino y oportunidad para todos nosotros.
Nos presentamos tres aspirantes: dos médicos y una doctora, pero al año los perdí de vista.
Al principio el Curso seguía el “latido” del Salvador. Nos ayudó mucho que los programas eran los mismos que los del Salvador y las rotaciones similares, con los mismos Servicios y docentes; y por otra parte, el sistema de enseñanza era idéntico. Siempre estábamos alentados por el Dr. Néstor Maquieira quien con términos suaves y contemporizadores estaba siempre a disposición nuestra, al igual que el Dr. Paulino Morales. Gracias maestros.
La primera rotación la realicé en el Instituto Municipal de Quemados a cargo del Prof. Adjunto Dr. Fortunato Benain en el Servicio de Cirugía Plástica dirigido por el Dr. Alberto Carlos Otero, para cursar la materia Quemaduras y sus secuelas, mientras mis compañeros rotaban uno por Pediatría en el Hospital Gutiérrez y el otro por el Hospital Oncológico, para cursar la materia de Oncología.
En este querido Hospital de Quemados mis maestros, compañeros y amigos fueron los Dres. Alberto Otero, Víctor Nacif Cabrera, Helena Bertolotto, Jorge Batto Ochoteco, Huguito Bertone, la doctorcita Maria Corujo, Andrés Gregoire, Juan Ortega, Manuel Parcansky, etc. A todos ellos mi reconocimiento y cariño.
Mi segunda rotación fue en el Servicio de Cirugía Plástica, Reparadora y Quemados del Hospital Municipal de Niños “Ricardo Gutiérrez” a cargo del Dr. Oscar Mallo, para cursar la materia Cirugía Plástica Infantil. Allí tuve la fortuna de conocer otros colegas que luego serían mis amigos. Un señor jefe como Oscar Mallo, unos profesionales como Quicu Nagahama y su kimono, Susana Ruiz, Pedro Dogliotti, Héctor Marino (hijo), María Cristina Rijavec y otros que me orientaron y compartieron todas sus experiencias. Los recuerdo con mucho afecto.
La tercera rotación fue al Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Nacional Dr. Mariano Castex, a cargo del Dr. Néstor Maquieira. Allí cursé la materia Cirugía Plástica de los Miembros. Otro gran Servicio de Cirugía Plástica. Me hacía acordar a mi querido Hospital Rawson por la cantidad de operaciones y por lo diverso de sus patologías. Maquieira nos enseñaba que la limpieza y la fineza de los movimientos de las manos se traducían en muy buenos resultados quirúrgicos sobre todo en las operaciones delicadas de manos y miembros. Allí aprendí el gran respeto hacia los tejidos. Allí conocí otro grupo de profesionales de primer nivel como los Dres. Marcelo Di Paola, Juan José Lagomarsino, Juan Carlos Vila, Héctor Lanza, etc. A todos muchas gracias.
La cuarta y quinta rotación la realicé en el Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital Italiano de Buenos Aires, a cargo del Dr. José Norberto Spera, que ya en esa época había sido presidente de la SACPER. Para cursar las materias de Estética y la de Máxilofacial. Este sería luego “mi hospital”, donde fui acompañado por mi amigo Luis Diodato, Manuel Sarrabayrouse, Pablo Bellino y Norita Prodán.
Durante mi año de concurrencia al Hospital Italiano, hubo cambios en la Sociedad de Cirugía Plástica Argentina, donde se integra a todo el país y se fundan las filiales, entre ellas la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires.
Por último, la sexta rotación fue la materia Cirugía Plástica Oncológica y la cursé en el Hospital Municipal de Oncología, dirigido por el Dr. Enrique Gandolfo y acompañado por el Dr. Rodolfo Toledo Ríos.
Habiendo finalizado el Curso a mediados del año 1980 y después de haber logrado una visión integral de la especialidad, tuve la suerte de aprovechar el último semestre del año, concurriendo al Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Británico, dirigido por su jefe el Dr. Jack Davis. Mi especial recuerdo para él, pues pocas veces me encontré con una persona tan sensible a la cirugía como a la vida. Me enseñó muchas cosas que aún hoy aplico. Allí conocí a varios colegas de valía como los Dres. Oscar Guarino, Julio Cianflone y la doctorcita Cristina Picón, mi gran amiga.
El 7 de Abril de 1981 me fue otorgado por la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica y la Asociación Médica Argentina, el Titulo de especialista en Cirugía Plástica Estética y Reparadora, siendo éste Título el primero expedido por dicha Sociedad a un médico argentino luego de haber cursado y aprobado el Curso Superior Trianual, dictado por la SACPER.
Unas últimas líneas.
Es para mí como ex –alumno una gran satisfacción y orgullo que este Curso Superior Trienal haya permanecido a lo largo de todos estos años, gracias a la esmerada conducción iniciada por el Dr. Paulino Morales y la actual Dirección del Dr. Ricardo Losardo y su grupo docente; y a todos aquellos colaboradores que participaron de este Curso, como ex–alumno y miembro de la SACPER, muchas gracias.
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Publicado en Revista Argentina de Cirugía Plástica - Vol XV - Nº 4 - año 2009 - pág. 187-188.